9 de junio de 2015

Una forma de acertar

Continua desmontando capas. Entre el ruido y el calor reinante sigue su paseo arrastrando a un lado aquello que no es ella. Y piensa, porque no le queda otra:"Cuanta basura nos vendieron.Todas estas metas que no son más que látigos." Pequeñas cadenas invisibles que le han obligado a desear una vida que nunca reparo en sus propias características. Le contaron un cuento siniestro que ha debido desacreditar a medida que desterraba puñales de insatisfacción. Piensa que este despertar le muestra un camino irreversible. "Una vez vista esta realidad solo parece existir un refugio. El único principio que debo respetar siempre". De hecho nadie lo hará si ella no lo hace. Pero este no es el punto de la narración sólo el comienzo de su discurso más personal. Sigue desmontando capas porque nadie le pidió que lo hiciera y encontró cierta gracia en hacer aquello que nadie le recomendó. Piensa en el concepto de madurez. Este termino extraño que se esconde detrás de todas estas falsedades. En como todo él se ordena ante la misma línea. La misma línea que le separa del resto cuando no comulga con ciertas realidades sociales establecidas como actos de madurez. Se pregunta por qué no existen otros modelos. O por qué aquellos que parecen salirse de la norma no dejan de ser casos aislados.

 Parte 2: Valía
No eres más listo que el resto. Ni siquiera mejor que la mayoria. No debes alimentar tu superioridad porque tal cosa no existe. Debes respetarte con tus limitaciones para aprender lo suficiente de tus virtudes. No estás aquí para rendir cuentas a nadie, pero sobretodo no estás aquí para ser algo diferente de lo que eres. Con todo, hazte un favor, no te pierdas en el camino.