16 de marzo de 2011

Descomposición y otras lindezas



  Leo algunos blogs de los que no voy a dar el nombre, porque no me parece relevante, pero si daré los siguientes datos: Tienen un número considerable de seguidores y otro tanto de comentarios en sus aportaciones  ¿ciberculturales? / ¿ciberculturetas? Bueno, con esto me planteo donde reside su éxito (a fin de cuentas cualquier persona que se dedique a las artes quiere llegar al mayor número de publico posible: Que su obra trascienda. Esto sin duda es lo más deseable) Y me encuentro con la siguiente realidad. Blogs abiertos en los que se habla de recuerdos y fruta podrida. Como si el traqueteo insoportable de un cerebro tuviera de veras esencia literaria. Si ahora digo "ayer tuve que tirar a la basura un montón de comida que al abrir la nevera abofeteó mi olfato con su olor a putrefacción" estaré cerca de conectar con un lector de gustos que no puedo conocer. Y es raro esto. Quiero decir: lo que gusta y no gusta son términos muy volubles que siempre me dejan atónita y con más incógnitas que certezas ¿Qué hay de relevante en lo habitual? ¿Qué trascendencia puede tener mi propia experiencia vital? ¿Cuál es la chispa que enciende el fuego?