4 de enero de 2015

Arropados

 Miel de mi alegría. Mis manos aguardan tu regreso. Miel de mi alma: siguen construyendo desde la distancia este mosaico de intercambios donde cada día somos más visibles. Miel en mi corazón, en grumos o cascadas, empalaga mis manos y el resto de mi anatomía devolviéndome lo que es mio por defecto. Miel en mis ojos porque así se ha despertado ese algo innombrable en mi interior. Mis manos se bañan en este líquido amarillo dulzón para tratarte de igual modo. Miel de mis cariños, has de recuperar este lugar que ahora ocupas y que has dejado en evidencia con tu escapada. La miel en mis dedos me recuerda la dulzura con la que debes ser tratado. Que no hay nada mejor que dejar caer este tarro e impregnarnos. Miel de nuestras vidas que por fin andan parejas y se esperan o se buscan pero ya nunca serán indiferentes. Miel para pegar en nuestras andanzas todo lo bueno que tenemos dentro. Miel de mis caprichos: te deseo.

Parte 2: Buenos augurios
Harán planes y viajaran por el mundo. Crearán un camino a seguir para modelarlo juntos. No más teclas ni teléfonos porque no son lo mismo ni abrigan igual.