7 de marzo de 2010

Londres

Desgastados pasos rondan calles incompletas.Sencillo movimiento el de la máquina trocomotora. Sutil como la caída de la hoja en otoño, poderosa como la corriente de un río desbordado.
La máquina come y abruma.NO pregunta, envejece a cada uno con la eterna duda. Insonoros son los pasos que cada día la fortalecen,todo es engaño, como ese regalo perfecto que nunca quisimos. Complejo resulta no querer seguirla, demostrar que no hay nada detrás de esa inerte belleza que se nos presenta tentadora.
Ilimitados tentáculos la componen: En calles llenas de soledad,ojos mecánicos vigilando, anuncios ofreciendo una vida que no queremos. La fuerza bruta que nos arrastra, el miedo o la fragilidad. Consumidos en un mundo sin esperanza.