12 de marzo de 2011

Una explosión descontrolada

  Blanco: Largo espacio de tiempo sin poder escribir un maldito párrafo.Observo la ciudad manifestándose con su ritmo frenético: Riadas de transeúntes recorren las calles. Riadas de personitas entre las que me encuentro en esta mañana en la que no dormí del todo bien y una capa de onirismo lo cubre todo por igual.
  Un día más en el que subo las escaleras del metro mientras pienso en que debería cambiar los cascos que ya no funcionan y de paso corroboro que soy la única persona de la masa compacta de viajeros que sube las escaleras a pie. No es que sea muy diferente al resto: Es que no me conformo de igual modo que la mayoría. Pero esto es insignificante, de hecho, cualquier gesto o estas palabras se borraran en el basto mundo cibernético. A veces pienso que todo este esfuerzo y perseverancia no sirven de nada. Que lo bueno está en un pabellón al que no voy a acceder: Un lugar elitista reservado a gente que supo cómo relacionarse.