18 de abril de 2012

Quién te ha visto amiga y quién te ve

      
    Lo que son las cosas: Nunca me hubiese imaginado en semejante situación años atrás. Ahora que he destapado en la red esta parte mía quizá un poco mamarracha quizá un poco clown, porque para leer cosas tristes o vergonzosas ya tenemos la prensa diaria y digo yo: "¿Para qué llorar si existen motivos para reír?" Bueno pues como iba diciendo, ahora que ya hable de Cindy tendré que explicaros una curiosa transformación que, por supuesto, tiene que ver con otra famosa. Este cambio de apariencia insignificante en realidad tienen bastante calado en mi progresión personal. Sobre todo porque gracias a él he aprendido a ser algo más neutra en mis pareceres.Pero no me voy a enrollar explicando mi propia evolución e iré directa al grano.

    Hace unos años, mi compañera de piso por aquel entonces, me preguntó mi opinión sobre el grupo musical  Destiny´s child. Mi respuesta fue un conglomerado de palabras malsonantes y no es que tuviera una imagen muy clara de su trayectoria. Sólo había leído una entrevista a la que era por entonces la líder del grupo. Como sus opiniones no coincidían con las mías fue este motivo suficiente para tacharla en mi cabeza. Destiny´s child se disolvió y comenzó la carrera en solitario de una de las mujeres negras más guapas y exitosas del panorama musical internacional. No es que me gustara como para comprarme sus discos pero lo comercial está muy estudiado como para que llegue a gente dispar y sí alguna canción me enganchó. En resumidas cuentas: aquella imagen de odio inicial que proyectaba sobre esta mujer comenzó a cambiar en el momento en el que me dí cuenta de cómo Beyoncé tenía (y tiene) un vozarrón de ponerse la carne de gallina o gotelé como decimos en casa. No contenta con esta transformación,ya no la odio si no que además me gusta, me encuentro en una de estas noches en las que devoro internet. En realidad estábamos mi hermana y yo viendo los premios de la música de MTV. Beyoncé anunció después de una super actuación que estaba embarazada. Y yo tenia que mirar al techo para no llorar de la emoción. Lo cierto es que aún no me explico semejante progreso en mis sentimientos hacia ella pero lo que sí puedo transmitir es que gracias a este suceso fortuito ahora intento prejuzgar mucho menos. Gracias a Beyoncé he dado un gran paso a la hora de no radicalizar mis opiniones. No se me ocurre mejor modo de expresar mi gratitud que dedicarle el texto de esta semana.