4 de abril de 2011

Vida y escritura


Ahora que escribo. Como un vicio que a veces corrompe y otras distrae. Como una alegría o un análisis, siempre como un tónico: aliviando las tiranteces del día o reanimando ilusiones pasadas. Si escribo soy más yo. Así de simple ha de mostrarse. Hoy pensaba sobre qué pasaría si no existiese el papel ¿Donde dejaría mis pesares y certidumbres?
Mi mente y mi cuerpo crecen sin medida y yo, no puedo decir que inocente pero sí sobrecogida por tanta manifestación, no puedo obviar que las palabras fluyen por mí sin más remedio que salir fuera y tomar cuerpo.Hace tiempo que dejó de ser aquello que yo vivía y sentía para convertirse en una eterna metáfora del ser que represento. ¿Quién dice que mi propia vida no sea un cuento venidero?