1 de diciembre de 2014

Construcción


Haría una casa de mis manos para ti. Te nombraría bonito porque encontré algo en ti que nadie más tiene. La casa sería un proyecto de luz en el que vivirías junto a mí. Nos encontraríamos en la piel y el ánimo sonriente en lo que coincidimos. Arropándonos con palabras y permitiendo que los cuerpos se aproximen con su lenguaje indescifrable. Sería una casa de aquí al cielo con vistas a una vida soleada de alegrías y comunicación. Seriamos celosos de nuestro espacio común pues nuestra casa floreceria a cada instante. Sería bonito construir una casa de mis manos y regalártela.

Parte 2: Bruma
 Estoy buscando la víscera al tiempo que estoy encontrando la vida. Otro regalo a mis oídos y la fabulosa imagen del recuerdo. Podremos bailar este torbellino de canciones de otras centurias mientras comentas que aún soy joven para apreciarlas. Podremos recorrer con palabras algunos estado de ánimo y  decir con orgullo que entendemos la existencia de más mundos además de este tangible. Nuestro papel aquí en la tierra es buscar reacciones. Sensaciones amables en las que resguardarse. ¡No os queremos impasibles!  Buscamos vuestra esencia creando ventanas a la vida. Sabemos que aún no habéis muerto y que cantareis, al bañarse la noche en niebla, para alejar de vosotros aquello que no os nombra.