24 de marzo de 2015

Libre

Un cisne salvaje aterrizando en los bosques. Eso es lo que quiero tener. Un cisne salvaje de plumaje blanco y suave. Quiero un cisne porque tuve que dejar escapar a mi mascota. Era incompatible con mi cocina, baño, vecindario y demás realidad social. Por eso la solución pasa por tener un cisne que me abrace con su largo cuello. Que picoteé con gracia la comida que yo le traiga. Le tejeré bonitos cuellos de lana para el frío invierno. Porque mi animalito, a pesar de ser mio, vivirá en los bosques y tendremos que hacer horarios de visita.  Será bonito ir a recogerlo entre árboles y vegetación frondosa. Su autonomía me dejará comprender  que aquello que no se domestica suele tomar su propio rumbo. Tiraré las pocas píldoras que aún quedan en mi botiquín de emergencias, porque su esplendor me hará ver que nada como ser uno mismo.