7 de abril de 2014

Guillaume

La identidad como base conductora de tu esencia. Esto que debes buscar, reconocer y hasta en ocasiones defender por el bien de tu propia vida. ¿Somos lo que somos o actuamos por imposición exterior? El primer paso es reconocer todas estas buenas conductas marcadas por los de fuera pero que desgraciadamente no pueden ayudarte. Es muy considerado por tu parte que me muestres cómo deberia vivir la vida pero esto sólo puede mejorar la proyección que tú tienes de mí. Es decir una imagen que no me define. ¡Qué gran proeza es querer responder a la pregunta quién soy! Si ya has dado el primer paso, apartando consejos vacios pero muy bien intencionados, será hora de buscar algo de silencio. Ningún ruido debe  entrometerse entre lo que crees que eres y lo que eres realmente. Es hora de recuperar sensaciones y aglutinar experiencias: Da igual que el resto no las comparta. No se trata de agradar si no más bien de reforzar tu propia valoración sobre la vida. Bien importante es que tengas seguridad en tus hayazgos introspectivos. Ellos serán la base para librar cualquier batalla en la que se cuestione tu persona. Debes saber quién eres para no acabar arrastrado a una vida que no deseas.