Eres grande en tu pequeñez. Enorme en tu insignificancia. Debes rendir homenaje al camino que te condujo hasta aquí sin olvidar lo esencial en este campo. Tu valía depende de ti. Se trata de encontrar un modo de equilibrio donde no se vea descompensada la balanza. Y como diría el otro: danza si esa es tu condición. Un golpe debe valerte para recomponer el orden. Para ello debes escucharte sin redirigir tu pensamiento. Deja que tu cuerpo exponga aquello que de veras necesita. Encamina después tu acciones a su mandato. No luches y acepta que a veces hay puntos desfavorables. Sólo haciendo este trabajo de humildad recuperarás el centro.
Parte 2: Otra realidad
Es algo más que un asiento vacío. Una plaza sin ocupar, rodeada de toda la gente que sí acudió a la cita. No ayuda el tiempo gris detrás de la ventana ni las gotas que insisten en permanecer resbalando sobre el cristal. Algún día habrás de asumir que el control es solo una ilusión pero como te dicen es una ilusión necesaria. Reconoces un punto de inflexión. Otro playground que se debe destruir. No existió el ramo y aún sabiéndolo a veces tan solo querrías poder huir.
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