25 de agosto de 2010

De los lugares que me gustan

Estamos en Oporto. Delante de dos cervezas y con un sol y una luz inesperados.Hemos andado medio centro y pretendemos seguir haciéndolo si las piernas y el ánimo nos lo permiten. A pesar de estar en el peor hotel de los posibles, el viaje y la ciudad se están desplegando ante nosotros.

Lo mejor de cualquier escapada suele ser la falta de grandes obligaciones.En este caso concreto y a pesar de la locura de los conductores, lo cutre y viejo del hotel se nos presenta una ciudad amable y barata. Con comida estupenda y grandes parques con pavos reales majestuosos y elegantes. De momento y para siempre un lugar inolvidable.