Parte 1: Tres Olivos es muy bien.
Si una cosa hay que aprender en esta vida es a reírse una de sí misma. Porque detrás de una acción como esta se esconde comprensión y cariño por ti. Reconocimiento de la imperfección en la que nos movemos sin otra posibilidad. Y por tanto una caricia para el alma descarriada que solemos manejar. No hay nada como visitar los parajes lejanos y puros de las periferias para darte cuenta de esto. Que también te equivocas pero hay risa y chascarrillo en ese momento pegado a un cartel que señala Colmenar Viejo. Porque en la vida no es sólo que te pierdes es que casi casi es una obligación hacerlo. El Specka es un garitazo. Eso lo tienen claro todos aquellos que lo han visitado. Pero el kit de la cuestión en esta noche de 3 de Octubre, la gracia y la fiesta está en el destampado y en esas rotondas llenas de árboles. Todas ellas giran infinito en el crujir inesperado de las carreteras sin acera por la que esta noche andamos sin brújula ni metro. Y vemos desde aquí las tres torres de Plaza Castilla en el fondo y piensas que estás lejos de casa a la vez que te sientes capaz de tocar aquellos edificios con la punta de los dedos. Y mientras tanto a tu lado un gran amigo te demuestra una vez más que lo es. Que todo tiene su propio humor y que hay que luchar en la vida por buscarlo sin rendirse. Porque lo que iba a ser otra noche más de baile se convirtió en un recuerdo imborrable casi onírico siendo además la antesala de otro gran día.
Parte 2: El ser ahí y los tractores es la misma cosa.
Otra de las actividades que se debe trabajar en pos de una mejor relación contigo misma es la de saber fluir sin dejar en ningún momento de escuchar tu voz interior. Porque es mejor atreverse cuando algo late y reconoces esa vibración. Porque de hecho la vida no es si no riesgo y no debo dejar de lado esa advertencia pero al mismo tiempo tampoco ha de bloquearme cuando de veras deseo que algo ocurra. Por eso bailas hasta que el sol se asoma y te mueves por la ciudad en este noctambulismo reinante. Y hay una novia a la que le hemos pisado el vestido y mientras te sientas con un 30% de energía la noche puede convertirse en día. Y habrá luz y ciertos libros te harán brillar y tal vez se responda una llamada que comenzó meses atrás entre risas otra vez porque tenemos ese derecho y lo usamos. Para hacernos la vida más fácil que de eso se trata a fin de cuentas. Esto ocurre cuando dejas a un lado tus propias barreras y te permites vivir.