¿Y si me pongo en huelga? Es decir ¿Y si cruzamos los brazos uno a uno?
¿Qué pasaría si el ciudadano de a pie, a saber: tú, yo, decidiese que ya está bien?
¿Cuanta violencia más es necesaria, cuanta situación de precariedad se necesita? Nos han sedado pero bien. Y son siempre los mismos los que chupan del tarro y son siempre los mismos los que mueren ante nuestra mirada indiferente.Por supuesto yo no poseo la solución a este gran problema pero me parece, que por cuestión de dignidad humana, es necesario comenzar a pensar en algo.