Manos blandas te rescatan de tu propio delirio. Hacen que lo exterior deje de ser
una amenaza para volver un corazón bulto carnoso y herido. La broma cósmica transformada en sacrificio porque todas las cosas bellas duelen como martillos. Despierta de la vida tus ojos en el río que floreció de tu camino. Recuperas sensaciones para saberte tu mismo. Dulce despertar el de la flor ansiosa de su destino, que si algo debe esperar de la vida no es más que su cariño. Manos blandas transformadoras como salvajes guerreras te resguardan. Te quieren y protegen como el caparazón al armadillo. Y van cobrando las imágenes sentido y los pétalos se despliegan hacía el sol con mayor mimo. Que no hay nada de mayor importancia que no sea amarse a uno mismo. Manos que fortifican este mensaje descrito. Creando castillos narrativos donde poder vivir tranquilo.
Parte 2: No eres plástico.
Ya sabías que el exterior no existe. Pues es imposible que modifiques cosa alguna ahí afuera. Por eso embellece tu salón. Abraza sus paredes hasta fundirte en ellas. Despliega la fragancia del membrillo hasta endulzar por completo tu existencia. Este trabajo a tiempo completo te traerá como recompensa todas las golosinas de una galaxia. Permanece en tu propia autonomía hasta conocer la verdad de tu isla.