Así comienza la jornada. Sin nada que perdonar y con este mono, como de adicción natural, hacia aquello que representa. Este es un espacio para tomar carrerilla o saltar todo por los aires. Dilapidar estas manos y si te apuras quién no dice que sus ojos. Decir: "Le echo de menos equivale a un mordisco en la carne". Arañar este órgano escondido o dejar que las acciones desvelen su mensaje cifrado. Esta distancia de minutos en la carrera de los astros va a restablecer un comienzo que no podrá ser modificado. La distancia no va a hacer que la línea desaparezca. Aún cuando descienda miles de profundidades o se resguarde en los parajes abisales. En su capacidad o en su estética está marcado su propio sino. Podrá apartarse pero es un hecho, si mira al frente, este camino se dibuja hasta más lejos aún del horizonte. Ojalá, entre todo el tumulto reinante, sepa discernir el mejor tramo de su existencia.
Parte 2: Gorrión
Ella te lo ha recordado. Despierta y asume. El amor, para serlo, debe ser libre. Algo como priorizar la felicidad y supeditar cualquier otra acción a este hecho sencillo. Es hermoso escuchar estos fragmentos verdaderos mientras un tintineo de luz dibuja una franja dorada en el suelo de parqué. Si de veras así debe ser, el abanico cerrado y estático se abre de forma sustancial para celebrar el hecho mismo de vivir en dicha.