Creo que ya he hablado de esto en otras ocasiones. Ya os he comentado alguna vez la facilidad con la que se me juntan personajazos ¿No? La asombrante rapidez con la que me veo envuelta en situaciones absurdas, no siempre aptas para todos los público o la frecuencia con la que la gente entabla conversación conmigo sin conocerme de nada. Eso es una realidad. No todos los días ocurre pero es algo con lo que vivo. En un inicio me resultaba molesto. Me irritaba la idea de que todos los raritos tuvieran que decirme algo. Pero de un tiempo a esta parte, cuando por fin he asumido esta circunstancia, he decidido reírme sin más. ¿Os habéis dado cuenta de lo sano que es? Quita mucha tensión a la situación y suele abrir un camino más amable a la hora de comunicarte con el freak de turno.
De lo que no he hablado es de que hay gente allegada que potencia al máximo estas situaciones. Hasta el punto de haberse convertido en nuestra realidad común. Esto ocurre con una gran amiga mía desde hace ya un montón de años. Es rara la vez que quedamos y no se nos junta el loco, por no decir la pandilla de colgados a darnos su opinión o explicarnos su visión del mundo. Juntas hemos conocido casi todas las esferas sociales aunque lo que suele prevalecer es gente extranjera o vagabundos de diversa índole. Sería interesante desarrollar una teoría al respecto. No conocemos la razón de que ocurra, sin embargo: sucede.
Salir con ella suele ser sinónimo de diversión porque ambas somos conscientes de que alguien se nos acercará tarde o temprano con algunas excusa estúpida. Durante un tiempo atribuimos estas experiencias a lo opuesto de nuestras vestimentas. Ella vestía de negro riguroso y por mi parte no llevaba más colores juntos por no existir en la rueda cromática. Un contraste tan acusado podría ser motivo de las más diversas preguntas. Pero ahora, que cada una se ha vuelto más moderada, ahora digo: sigue siendo lo mismo. ¿Tendremos quizás un letrero invisible en la frente que dice amigables? Me temo que por el momento esta seguirá siendo una cuestión sin solución a la vista.