No cabe duda de que andas inmerso en una extraña ambivalencia de pareceres.
Has enmudecido porque si de verdad abrieses la boca escupirías varios nudos de impotencia. Una mezcla que va de la decepción a la rabia. Pero qué vas a hacer. No es una cuestión de estar despierto. No te mientas, la gente no es tonta. Es que asumir lo otro sería bajarte de este carro de irrealidad en el que llevas la vida. Sería rascar el papel de las paredes hasta dejarlo desnudo. Y tú no quieres quitarle el aspecto dorado a la miseria en rededor. El consumo te ha enseñado bien a estar anestesiado. Vivir con esto parece mejor que obligarte a aceptar el significado de la postal completa. Mientras, las consecuencias de tu falta de integridad, devuelven realidades cada vez más adversas. Pero está claro que tu televisión responderá con imágenes idílicas o decorados de cartón piedra al dolor del que debe partir. Date un aplauso o palmea tu espalda. Cada día que pasa estás mejor posicionado para no querer ver.
Parte 2: Contaminado de ilusión
Happy Christmas! Ciegos que felicitan el fin de año que también podría ser el fin del fin. No hay nada serio en lo ocurrido. De hecho hay pavor o desilusión ante esta situación tambaleante. Y que no quieras dejar de poner el culo porque dar la mano no parece un gesto honroso. Happy new year! A ver de qué modo encajas esto. No es posible que pasen cuatro de quejas o consternación pública para que después no se refleje en ningún lado. ¿Qué más necesitas? My best wishes for you! En este invierno de pacotilla en el que ha llovido un día y ni siquiera lo viste. Cuando la resaca navideña desaparezca nos veremos las caras lavadas en el año nuevo. Esperemos que para entonces no respondas con las mismas cantinelas.
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