María se sumerge en la imagen con neblina. Su cuerpo, perceptible a tu mirada, se va diluyendo a tus ojos. Camina silenciosa hacia el espacio no visible. Tararea la melodía, justo la has cantado esta mañana. María se baña en la incertidumbre de las imágenes perdidas en cercanía. Ella es esto y acaso nunca fue peor definida. Anda hacia el interior donde fondo y figura componen la imagen que ves: No podrías diferenciarlos. Aquí está por fin la belleza del blanco atmosférico. Ha conseguido difuminarse hasta ser una con el exterior. Bailar una danza de iguales donde realidad e imaginación componen un hermoso cuadro. María cada vez más espectral, en esta realidad recortada, esconde sus brazos en la discontinuidad de la niebla. Un pensamiento corta en seco su voz hermosa."Pocos agentes del clima crean una imagen más clara del funcionamiento de nuestro coco" Prosigue su camino al tiempo que un mantón blanco esconde las copas de los árboles para dibujar sus raíces. Vuelve a entonar la canción pero has dejado de verla. Tan sólo sientes su respiración cerca.
Parte 2: Algo contigo
Es cierto, se ha vuelto inevitable escuchar el ruido. Y de este modo, por el mismo ejercicio de reducción, has empezado a ver la mancha. Y cuando has comprendido que este era solo el principio, te ha sido imposible no observar el gesto. Es probable que estas acciones simples, que ayer no realizabas, solo sean la antesala de modificaciones interiores de gran calado. Porque cuando escuchas el ruido Y ves la mancha Y observas el gesto te estás ofreciendo un tiempo fantástico de amor propio.
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