10 de noviembre de 2011
Hay algo que no funciona
A veces me gustaría entrar en un estado de pause indefinido. Tener un mando con el que poder controlar los momentos de cambio. Parar en el instante en que no me apetezca ver la realidad. Estirar las situaciones agradables o permanecer con la alegría de cualquier momento de superación. Una vez más, haciendo como si fuera una observadora ajena de mi propia vida, me encuentro en una posición incomoda por ver como la inercia me mueve de un lado a otro. Como tengo muchos años más que por ejemplo ayer y sigo siendo una niña en tantas materias. Es como si sólo estuviese rozando la superficie y el verdadero sentido de la vida lo estuviese pasando por alto. El mundo es un lugar hostil lleno de deudas, muertes y guerras. Yo aún sólo veo campos llenos de flores.
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