5 de mayo de 2011
Tengo una duda
A lo largo de mi vida he tenido la suerte o la desgracia ( aún no lo he catalogado) de conocer a unas cuantas personas intelectuales. De esas a las que no les importa admitir que deboran libros y periódicos para cultivar su intelecto. De estas que creen que la cultura es la mejor herramienta de la que podemos disponer para movernos por el mundo. Sin embargo, aquí comienza mi asombro y extrañeza, no es verdad que su amplio conocimiento aumente su percepción vital. Ocurre justo lo contrario: Cuanto más saben, menos quieren compartir con gente que no pertenezca a su propio círculo. Menos están dispuestos a mostrar lo que su gran inteligencia les permite ver. Me resulta paradójica esta actitud porque si algo de enriquecidor tienen los libros y periódicos es la diversidad de puntos de vista que ofrecen. La evidencia de que la vida, de ser algo, es sin duda un prisma multicolor de ideas y opiniones. ¿Por qué motivo prefieren el aislamiento?
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Una experiencia que no provoca deseos de compartirla con alguien está muy lejos de ser sublime y por tanto enriquecedora (esto no sé si es de Kant o Schiller o Heidegger o Friedrich... ni siquiera si era así exactamente, pero para el caso es lo mismo).
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