Incluso estando en uno de los mejores momentos de mí vida me siento inquieta y un poco descolocada. No sé si será falta de información o exceso de ella pero interiormente hay algo que no funciona como debería. Es una sospecha que me hace preguntar en todas las direcciones. Desde hace tiempo opino que estamos un poco perdidos. Dejándonos mover por la inercia, la cual esconde el verdadero camino a seguir. Condenados a vivir en un mundo con infinidad de posibilidades. Como si lo importante estuviera fuera de nosotros mismos y nuestro poder interior se resumiera en elegir el objeto o la casa que mejor nos defina.
Desarrollar esta sensación no parece fácil. Es decir: la contradicción está presente en mí. De este modo es muy complejo mostrar qué siento: Sé mi deseo, aquello por lo que lucharía hasta dejar mi piel. Pero ¿Cómo hago para creer en mis letras? La única traba en este dilema soy yo misma. Dando rodeos para no llegar a donde quiero ir. Yo también estoy perdida en este gran universo. Intuyo hacia donde me dirijo pero no es suficiente. Algunos días como hoy me dejan ver el paso del tiempo.Recordar aquello que he hecho para llegar hasta donde ahora me encuentro: Como si el aprendizaje subiera la autoestima. Sé que al fin me he lanzado.
Ahora escribo de forma pública y eso es un paso. El más arriesgado de todos ellos. Pero no me sirve sólo eso. No basta con haberme atrevido: Es una cuestión de exigencia personal. No basta con abrir un blog y escupir memeces. Quiero ser buena escritora.Como los grandes autores que he leido y a los que admiro.
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